jueves, 17 de diciembre de 2009

Luces y sombras en la Vuelta 2010

Antes que nada: por fin Unipublic se ha decidido a cambiar el maillot oro que no decía absolutamente nada y le ha dado a la Vuelta un color propio y personal, el rojo. Esperemos que dure. Dicho esto, hablemos del recorrido 2010 de la Vuelta a España. Si quieren un análisis profundo, exhaustivo y certero, pasen por Altimetrías y lean.

Al grano. Primera etapa, que no prólogo, en Sevilla, de noche y por equipos. 16 kilómetros, distancia ridícula para una especialidad de este tipo en la que las diferencias no serán excesivamente grandes. Eso sí, como marco publicitario no tendrá parangón. De ahí a la primera semana: de largo el mayor acierto de la organización para 2010. La agreste orografía española lo permite y las largas etapas llanas con desenlace al sprint, muy legítimas y entretenidas para gente rara como uno que aquí escribe, quedan apartadas en favor de la media montaña auténtico patrimonio de nuestro terreno. En la segunda etapa camino de Marbella dos terceras; en la tercera etapa camino de Málaga suben dos veces el Puerto de León, un segunda venido a más en el que si los favoritos tienen ganas puede probarlo, aunque sea de modo testimonial; otra etapa de media montaña dirección Valdepeñas con puerto homónimo a siete kilómetros de meta —de segunda— y tres etapas irrelevantes hasta la octava.

[¿Estarán los dos últimos vencedores en la Vuelta de 2010? ¿Llegará Samuel tras intentar hacer algo interesante en el Tour?]

Xorret de Catí
, otra vez. Llegados a este punto cabe imaginar que Unipublic ni arriesga ni es especialmente innovadora en los puertos que transita cada año: no en vano el Xorret se subió en esta edición conquistada por Valverde. Hablamos de un puerto duro, muy explosivo y de pendientes descomunales pero que termina en alto, vicio contraído durante años por la organización y que nos priva del descenso, donde verdaderamente se aumentan las distancias de al subida. Sucede que los finales en alto son para cobardes, penalizan a los valientes y de eso hay demasiado en esta Vuelta. Primer capón. Tanto por repetir puerto —los hay de sobra— como por colocar la etapa en alto cuando el año pasado se demostró que lo interesante también estaba en la bajada, por corta que fuera.

Más media montaña tras Xorret de Catí camino de Alcoy, dirección norte; día de descanso y extraña etapa dirección Vilanova. A treinta kilómetros de meta y tras 140 kilómetros llanos aparece el Rat Penat: corto pero de desnivel altísimo, un 22% máximo. ¡A treinta kilómetros de meta! ¿Con qué objeto si lo que resta hacia Vilanova es llano? Los favoritos no se moverán y será el día para los aventureros que quieran probarlo fugados: los hombres rápidos, con fuga por delante, no se matarán a perseguirles. Es decir, nos plantamos ante un puerto con porcentajes apto tan sólo para escaladores para que probablemente sea irrelevante. Incomprensible.

[Lagos de Covadonga]

Y para colmo de males, al día siguiente subida a Andorra, a Pal, lunes, anodina, fatigada, aburrida, repetida, explotada hasta la saciedad, un coñazo, vamos. Final en alto tras una etapa insípida y previsible final semejante al de Velefique este año. Dos etapas de transición y en la etapa 14 de Burgos a La Cobarga. El perfil anuncia tres puertos antes de La Cobarga, de primera categoría. Puede parecer media montaña pero hagan sus apuestas: yo pronostico grupo de diez corredores llegando de la mano a la pancarta de tres últimos kilómetros. De nuevo el pecado de terminar una etapa en alto.

Y por si aún no tenían suficiente agarrense: Covadonga otra vez. Utilizando el mismo recorrido. 170 kilómetros llanos y final en los Lagos. ¡Que no es el Mont Ventoux por el amor de dios! No beneficia a la audiencia, la cual tan sólo se agarrará al televisor los últimos diez kilómetros ni al espectáculo. Una vez más, final en alto, riesgo mínimo, ataquitos cerca de meta y todos tan contentos. Unipublic no espabila. Una etapa como la de Lagos, repetida hasta la saciedad, no hace ningún favor a la Vuelta; no sin puertos previamente; no si hay tres más idénticas.

[Bola del Mundo]

Al día siguiente tercer final en alto consecutivo con llegada al Cotobello, que pinta bastante mejor que los dos anteriores y lo que es más importante: con dos puertos de primera previos. Pero otra vez en alto. Insisto en lo mismo pero recuerden que la etapa más espectacular del pasado Tour fue la de le Grand Bornard, con dos puertazos y final en llano. Tres etapas de transición descendiendo por ambas mesetas para llegar en la penúltima etapa a la reina de la Vuelta. Final en el durísimo puerto Bola del Mundo con tres puertos previos. A un día del final. Por cierto, antes de Bola del Mundo se correrá en Peñafiel la única contrarreloj individual de las tres semanas. Otro pufo notable: la escasez de kilómetros contra el reloj.

En resumen, luces y sombras. Luces por la persumiblemente bonita primera semana y por Cotobello y Bola del Mundo; sombras por la excesiva cantidad de finales en alto, muchos de ellos repetidos, muchos de ellos soporíferos e irrelevantes, sombras por la escasez de kilómetros contra el crono y sobre todo sombras por la corta distancia de las etapas. Reparen en lo siguiente: ninguna pasa de los doscientos kilómetros. La única que los iguala es la que une Piedrahita con Toledo. ¿Qué podemos esperar de la Vuelta 2010? El recorrido es bonito; con carencias sí, pero bonito a fin de cuentas. Queda ver quién vendrá y con qué intenciones.

Imagen | Wikipedia, Vuelta 2010, El Mundo

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Un Astana venido a menos

[Ojos de deseo los de Contador hacia el premio de la UCI]

Mientras recibía el galardón que le acreditaba como el mejor ciclista de 2009 de mano de Pat McQuaid, Contador se aventuró a señalar a Levi Leipheimer como su gran rival, antes que Armstrong, para luchar por el Tour 2010. Sorprendente cuanto menos si tenemos en cuenta que Leipheimer es un perdedor nato, un corredor incapaz de sobreponerse en ninguna carrera de excesivo nivel ni prestigio, un contrarrelojista que pasa bien la montaña pero cuya máxima aspiración no puede ser más que el podio, un ex-gregario de Armstrong al que cada día se asemeja más fisicamente y un viejo perro de la escuela del Us-Postal. Es decir, más de lo mismo. Solo que a años luz del rendimiento que pueda dar el tejano a pleno rendimiento, con la maquinaria funcionando al 100%, utilizando el mejor carbón posible, ustedes ya me entienden.

En cualquier caso Contador está decidido a minusvalorar las opciones de Armstrong y su Radio Shack para el próximo Tour. No es para menos. La situación en lo que a equipos se refiere se decanta de manera notable del lado de los americanos, a pesar de que tanto Leipheimer, como Armstrong, como Kloden, el otro futurible ganador del Tour —espacio reservado para su deleite humorístico—, superan ampliamente la treinta. Porque, ¿qué tenemos en el Astana?

[Vinokourov en una contrarreloj antes de que diera positivo corriendo con el Astana]

Pues poca cosa que merezca consideración, la verdad. Contador será el líder único y exclusivo del equipo que para eso es el mejor corredor del planeta y junto a él se desplegará la raza kazaja comandada de nuevo por Vinokourov, quien este año ha demostrado que la edad y, sobre todo, la máxima de que ningún ciclista vuelve a ser el que fue tras cumplir su sanción por positivo —a pesar de algún que otro resultado notable, como su actuación en el Giro de Lombardía o en la crono del mundial— le superan. Por ahí andan Fofonov, Bazayev o los Iglinski como corredores de cierta enjundia y un compendio de kazajos absolutamente desconocidos.

Y tras ellos, a quienes Contador encomienda, o debe encomendar, la misión de que su vida fuera de las carreteras sea apacible y tranquila, divertida y sosegada, pasada entre lecturas plácidas y días de caza. Porque por algo más no se explica que de nuevo Benjamín Noval siga teniendo una ficha como profesional. Junto a él Dani Navarro —un ciclista de nivel bastante mediocre que intentó entrar en el mismo top-ten de la Vuelta donde sí entró Degen o Tiralongo, por ejemplo—, David de la Fuente y Jesús Hernández, otro caso semejante al de Benjamín Noval.

[Tiralongo es una de las pocas bazas que podrá jugar Contador en el Tour]

Por cierto, antes he mencionado a Tiralongo. También estará en el Astana, junto a Gasparotto —quien tanto prometía y quien tan poco ha hecho tras su magnífica Tirreno-Adriático de hace dos años—, confirmándose el primero como el mejor fichaje y probablemente el único apoyo que Contador tendrá en las rampas de Francia, lo cual no debe alentar demasiado al pinteño puesto que Tiralongo es un escalador normalito tirando a bueno que no es capaz de aguantar el ritmo de los mejores en una subida larga, al modo que Szmyd lo hizo en la pasada Vuelta, ni de pura casualidad. Por ahí andará Pereiro, en absoluto el arma de Contador, sino más bien el lastre si continúa con la progresión decadente de su carrera.

De su recuperación o no para la causa dependerá la fuerza del Astana en cierto modo. Lo que parece evidente es que Contador tendrá que hacer la guerra por su cuenta porque el equipo es netamente inferior al que pueda presentar el vetusto Radio Shack —milagros de la genética, elixir de la eterna juventud— o el siempre potente y peligroso Saxo Bank. Si el pinteño mantiene el nivel de los últimos años, porque simple y llanamente es el mejor, ganará el Tour sin mayor complicación: este año no hay CRE. En cualquier caso el rival no es Leipheimer. Qué va, ni siquiera es Andy Schleck. Es el de siempre. El que roza la cuarentena y sigue subiendo al podio del Tour para pasmo de todos los presentes.

P.D.1

Evans irá al Giro y volveremos a ver al maillot arcoiris pasando los tappones de italia. Una buena noticia.

P.D.2

Valverde dice que correrá el Tour Down Under y el TAS aplaza su sentencia al 14 de enero. ¿Logrará correrlo o la bolsa 18.valv.(piti) le impedirá hacerlo antes de tiempo? Esperaremos la respuesta.

Imagen | El País, Carabobo Runners, Daily Peloton

lunes, 14 de diciembre de 2009

De transformaciones y pasteles

[La fuerza del pastel de arroz, suficiente para hacerse de oro]

Entre lo desternillante y lo surrealista camina el reportaje que Arribas le dedica hoy al Team Sky, el cual, por cierto, fichó recientemente a Bradley Wiggins por lo que ya tienen al jefe de filas que tanto añoraban. Quién se lo iba a decir al británico hace, yo qué se, ni siquiera un año, ocho meses. Volvamos a lo que nos concierne hoy. El reportaje. Cuando uno lee este tipo de cosas sobre ciclismo no sabe si reír o llorar, y la verdad es que la reacción primaria es la de proferir varias carcajadas para luego no dejar de derramar lágrimas. Observen:

[...] Algunos conjuntos ya han comenzado la tarea convirtiendo a los médicos, hasta hace no tanto las estrellas en la base del rendimiento, en elementos secundarios. Su papel productivo han pasado a desempeñarlo otros profesionales también con formación científica. Son fisiólogos que planifican los entrenamientos y cuidan la alimentación, como Lim Allen, por ejemplo, el nuevo fichaje del equipo de Lance Armstrong, un preparador que trabajó en sus tiempos con Floyd Landis y que ha patentado unos magníficos pasteles de arroz basmati con nutella. Son nutricionistas directamente. Son otra cosa.

Y por si el párrafo no fuera lo suficientemente insultante nos enteramos de que el tal Lim Allen trabajó para Floyd Landis. ¡Floyd Landis!. El de me agarro un colocón de mucho preocupar el día después de mi exhibición de otros tiempos en el Tour de Francia 2006 y resulta que por el whiskey y sabrá dios qué más he dado positivo, pero todo en plan recreativo, tíos. Vaya. Es admirable por parte de Arribas, en realidad, intentar hacerle creer al lector que los corredores han pasado de las jeringuillas y las transfusiones a los pasteles de arroz y que aún así siguen corriendo como si nada, pongamos, Wiggins.

Claro que el texto habla sobre el Team Sky, británico, supuesto abanderado de la limpieza en el ciclismo y con Wiggins, el transformer, en sus filas. Para eso el Team Sky y el autor del escrito parecen tener una explicación normal, evidente y común:

[...] Según cuenta el propio ciclista, en su transformación de un rodador culogordo, especialista contrarreloj y en los velódromos y poco más en un corredor todoterreno capaz de terminar cuarto en el último Tour, tuvo tanto que ver el nutricionista Nigel Mitchell, que le ayudó a perder ocho kilos, como el propio Peters. Ambos, Mitchell y Peters, forman con Brailsford la cúpula del Sky [...]

Ahora ya sí. Es decir, leído ese párrafo estoy absolutamente convencido de la transformación de Wiggins y de su espectacular rendimiento en el pasado Tour de Francia. Uf. Menos mal que alguien se ha dignado a explicarnos el porqué de tan sorprendente actuación, esta vez no tendremos motivos para mirar con suspicacia el rendimiento de este pobre corredor tan sólo culpable de acabar cuarto la ronda francesa. Ansioso me hallo por ver qué rendimiento da este 2010 en las montañas del país francés, habida cuenta del nutricionista y de que el Sky se ha propuesto en el plazo de 3 años colocar a un británico como maillot amarillo en París. Todo a base de pasteles. Esperemos que no se empachen antes de tiempo. Sería una pena.

Imagen | The Daily Telegraph

domingo, 13 de diciembre de 2009

Operación Puerto: Case Closed

Con este explícito titular explicaba Cycling News, web australiana imprescindible para seguir la actualidad del ciclismo, el portazo que la Audiencia Nacional le ha pegado a la AMA y a la UCI en su intención de remover un poquito más la Operación Puerto. El titular es absurdo. Lo es porque la Operación Puerto lleva mucho tiempo cerrada: de hecho cabe la posibilidad de plantearse si realmente alguna vez llegó a estar abierta. Las medias tintas siempre estuvieron a la orden del día —en el recuerdo, siempre: 18.Valv.(piti)— y con la connivencia de periodistas, poderes gubernamentales, jurídicos y en términos genéricos, sociales, lo que podría haber sido la mayor actuación contra el dopaje en la historia se quedó en una chapuza de proporciones bíblicas.

Es de común mención en este blog porque desde entonces poco hemos aprendido. Ningún ciclista, repito, ningún ciclista a pesar de las miles de pruebas encontradas en los papeles de Eufemiano Fuentes fue sancionado deportivamente y siquiera ordinariamente por la Operación Puerto. En el primer caso por fragrante dopaje: nada; en el segundo por delitos contra la salud pública: menos. La Operación Puerto escondía mucha más mierda de la que se sacó a la luz, pero escogiendo unos cuantos damnificados se consiguieron ocultar tantos y tantos nombres que quedaron en el tintero.

De ahí que el Case Closed sea una broma. En España la Operación Puerto estuvo cerrada y bien cerrada desde que la Guardia Civil entrara en la clínica de Zurbano. Haría bien Pedro J. Ramírez y demás adálteres de teorías conspirativas en introducir sus grasientas zarpas periodísticas en la Operación Puerto: probablemente darían palos de ciego, dada su demostrada ineptitud en la labor de investigación, y llegarían a resultados equivocados, pero a buen seguro que extraerían una conclusión evidente más allá de sus desvaríos: la Operación Puerto es un compendio de lagunas jurídicas y medias verdades con el objeto de no destapar a alguien. ¿A quién? Am. Si lo supiera no estaría escribiendo un blog, estaría en un juzgado denunciando. ¿Case Closed? La noticia llegará cuando haya que titular Case Open. En tal caso podremos esperanzarnos.

Imagen | Cyclingnews

domingo, 6 de diciembre de 2009

La AFLD al margen

No se lo pierdan porque tiene su gracia. Adivinen quién firma éstas sorprendentes palabras:

No vamos a arriesgar todos los esfuerzos realizados en el ciclismo en materia de lucha contra el dopaje volviendo a poner trabajo en manos de esta agencia.

¿Ya? Tomen aire: ¡La UCI hablando de la AFLD! Resulta que ahora quien pone en peligro el trabajo de largos años contra el dopaje es la agencia de mayor eficacia demostrada en la breve historia de esta lucha. La Agencia Antidopaje Francesa. Ya se habló de ello hace tiempo. Tiene su gracia que la AFLD, la agencia más eficaz que sacó todos los trapos sucios del Tour el año en el que fue su responsabilidad realizar los controles anti-dopaje —Schumacher, Kohl, Ricco', Beltrán, Dueñas, el descubrimiento de la EPO CERA— es un peligro para la limpieza del ciclismo. Manda narices precisamente que sea la UCI, la misma del inútil pasaporte biológico, la misma que en 2009 se encargó de los controles del Tour sin descubrir ningún positivo con rendimientos tan inesperados como el de un tejano de 38 tacos superando sin dificultad a jovenzuelos de veintitantos o el de un pistard escalando cual sherpa, cargue las tintas contra la AFLD. No esperen ningún postivo en 2010. Estamos en manos de unos incompetentes.

Vía | Marca

viernes, 4 de diciembre de 2009

Seguro que sí

[Esto es lo que Bruyneel dice que Steegmans va a hacer ante Cavendish. Créanle. Sabe de lo que habla]

Dice Johann Bruyneel que Gert Steegmans, el que fuera durante varios años lanzador de Boonen en el Quick Step, belga, 29 años, potente rodador y muy rápido en las llegadas, ganador en París en el Tour de Sastre, puede ganarle a Mark Cavendish en los sprints. Y qué quieren que les diga, yo me lo creo. Bruyneel y sus ayudantes son capaces de eso y de mucho más, sin ir demasiado lejos, de convertir a un clasicómano notable en un siete veces ganador del Tour de Francia haciéndole perder peso y diciéndole que, mira, Lance, tú con molinillo tocas la gloria. Y otras cosas que seguro que quedan en el tintero.

O de convertir a un rodador mediocre y que jamás despuntó en nada en un escalador de aúpa capaz de reventar al pelotón en la primera rampa de Hautacam, a Pavel Padrnos, corredor desconocido durante toda la temporada, sin apenas victorias de renombre como profesional y ejemplo perfecto de lo que fue el Us Postal durante tantos años. Siete, en concreto, los que dominó de cabo a rabo el Tour de Francia haciendo de la ronda francesa un insufrible espectáculo bochornoso a los ojos de cualquier espectador.

Seguro que Steegmans de la mano de Bruyneel y el texano de los 38 años y el podio en el Tour son capaces de hacer que el belga vuele aún más de lo que lo hace Cavendish, británico que viene de la pista y que en dos años se han enfundado un número de victorias que da vértigo decir. Cavendish viene dominando de manera brutal el sprint y nadie parece hacerle sombra. El Columbia, ya saben, 82 victorias en 2009 de todos y cada uno de sus corredores, una cifra récord y ante la cual tan sólo cabe preguntarse qué comen estos súper-humanos o qué toman para rodar a semejante ritmo. Sucede que ahora a Bruyneel le han superado en lo de crear súper-equipos y que él es experto en ganar Tours, no sprints de grandes vueltas ni clásicas como la San Remo. Aún así estará, a buen seguro, muy interesante esta temporada si al director belga se le mete enter ceja y ceja superar el rendimiento fisiológico de un ser meta-humano como Cavendish.

Total, si es capaz de aupar a Armstrong al podio con una edad obscena para este deporte, es capaz de cualquier cosa. Tiembla Cavendish. Llega el Radio Shack.

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El Euskaltel no irá al Giro de nuevo. Muy decidor de lo que sucede con el Pro Tour: las grandes vueltas se salieron porque estaban más que hartas de, en Italia, sin ir más lejos, ver como equipos de la categoría del Cofidis o del Bbox llevaban ciclistas de medio pelo sin intención alguna de pelear por nada.

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Bettini acusado de evadir 11 millones de euros ante el fisco. Mandaría narices que le enviaran a la trena por eso y no por actuar de mafioso en el pelotón durante tanto tiempo. Y otras muchas cosas, como no firmar el Código Ético de la UCI en 2007 y llegar a la meta de Salzburgo en 2007 disparando rabiosamente contra la limpieza de este deporte —por cierto, detrás de él llegaron Schumacher y Kolobnev, un mundial que merece comentario aparte—.

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¿Otro título en las Árdenas? Si se deja de tonterías y se olvida de ganar el Tour de Francia puede que lo consiga.

P.D.4

Y la noticia de la semana en el ciclismo español, merecedora incluso de cierto espacio en la radio, para que vean. Pereiro, ese corredor que venció el Tour del 2006 de manera milagrosa e inverosímil, no tiene equipo. Y tenía un pre-contrato firmado con el Astana de Contador para la próxima temporada, pero parece ser que el equipo kazajo tras repasar los últimos tres años del corredor gallego —por cinco céntimos, digan una victoria de Pereiro en ese lapso de tiempo— han decidido echarse atrás. Pereiro está muy indignado y dice que denunciará al Astana. Los últimos coletazos de un corredor deprimido cuya carrera se termina.

Imagen | Velonoise

martes, 1 de diciembre de 2009

Cambios significativos

[La Vuelta en 2009 a su paso por un coqueto pueblo holandés]

A falta de un recorrido inteligentemente diseñado y de afición, en fraca decadencia, la Vuelta quiere destacar en algo respecto a las otras dos grandes. Intentos los ha habido muchos: desde trasladarla a primavera hasta reducirla a dos semanas. Sendas funestas ideas parecen haber sido aparcadas por el momento ya que de aplicarlas supondría el fin de la Vuelta tal y como la conocemos. En vez de semejante idiotez, Unipublic decidió el año pasado lanzar la competición en Holanda y luego trasladarla a España. Éxito rotundo probado el pasado septiembre: las cunetas de los Países Bajos a rebosar e idéntica decisión la tomada tanto por Giro como por Tour. Además el prólogo se dio en Assen, circuito de motor, con la consiguiente sorpresa de todos y el llenazo absoluto de las gradas, a pesar del frío ambiente.

[Un Euskaltel rodando en Assen cual Lorenzo]

En cualquier caso la idea cuajó y parece que este año, en la línea de innovación, la Vuelta podrá ser la primera grande en ufanarse de haber tenido una etapa nocturna. El prólogo, en Sevilla. Sevilla es una ciudad preciosa y de noche luce mucho más que de día, casi como todas las grandes ciudades del planeta y cabe esperar un gran número de aficionados... Esto, en caso de que no sea así, desde luego, cantará mucho menos de noche que de día. En otro orden, la noticia más positiva es la del maillot rojo. Por fin se termina la broma del maillot oro que no dice nada y que simplemente es la evolución del amarillo, patrimonio del Tour. Ya en los últimos años todos los productos de la Vuelta eran de color rojo y definitivamente el maillot será de este color en 2010. Mejor. Identificación personal al margen del Tour, así evitaremos las sangrantes comparaciones.

[Igor de amarillo en el Tour en su emblemática época ONCE, junto a Nozal, por ejemplo]

Por cierto, otros que cambian mucho son los del Euskaltel. Cambian de manager de la escuadra y Madariaga se larga en favor de Igor González de Galdeano. A su vez, su hermano, Álvaro, otro de afamadas prácticas extradeportivas, pasa a ser director deportivo. En lo que supone el colmo de la hipocresía, Marca lanza a su vez un reportaje en el que destaca las virtudes del nuevo programa interno anti-dopaje del Euskaltel para la próxima temporada. Utilísimo, sí. Pensar que los directores, principales instigadores del dopaje, realmente están comprometidos contra él, es de gran ingenuidad. O falsedad, como se precie.

Por cierto, Igor González de Galdeano, manager y responsable, supongo, del programa anti-dopaje interno, estuvo en la Operación Puerto y corrió sus años más furctíferos como ciclista de la mano de Manolo Saiz. Un saludo para ellos y para el programa anti-dopaje del Euskaltel. Y, ya puestos, otro saludo para Landaluze y Astarloza.

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Es oficial. Contador correrá el año que viene en el Astana, que pasa a llamarse Samruk Kazyna.

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Y otra noticia positiva en relación al regreso de la Vuelta al País Vasco: el Ayuntamiento de Getxo, en Vizcaya, lugar de atentado etarra, dirigido por el PNV, ha aprobado una posible petición para albergar una etapa de la Vuelta.

P.D.3

Al final Zubeldia también cayó en la red. Era de esperar. El Radio Shack ya está completito y todos tan contentos laureando a su nuevo líder máximo.

P.D.4

De los creadores de "me metieron algo en la bebida", "no fui yo, me obligaron", "la cupla es de una noche de whisky y alguna anfetamina", "anoche tuve sexo y por eso la testosterona es la que es" o "es endógena", llega: Paquillo Fernández, "la EPO se la guardaba a unos amigos". Qué jeta. Y qué bucólica imagen: Paquillo y sus colegas intercambiándose las jeringas mientras brindan por Walter Virú y sus milagrosos métodos de mejora del rendimiento deportivo.

Imagen | RTVE, No solo deporte, Google Images

domingo, 29 de noviembre de 2009

Sobre el mal llamado pinganillo

No. No se llama pinganillo.

Aclarado este punto pasemos a hablar de la radio, ese artefacto tan odiado por el aficionado y tan "necesario" desde el punto de vista ciclista/director. No no engañenmos. Lo que para el espectador desde su sofá es la perversión de la libertad individual del ciclista y del espectáculo para el mánager desde su automóvil supone tener todo bajo su control. De otra manera sería complejo explicar el porqué de su importancia en el ciclismo actual, con todo lo que eso conlleva. Y con eso me refiero a los míticos nueve tipos a pie del último puerto para que un robot rubrique la victoria en lo alto de, pongamos, Hautacam o Alpe D'Huez.

La UCI pretende erradicar la radio entendida como la entiende el mundo ciclista hoy en día. Es decir, la radio particular y privada de cada equipo mediante la cual el director decide quién ataca, cuándo, porqué y cómo. La radio que hace del cilista un engranaje más sin libertad de movimientos. Cabría preguntarse si es de real utilidad ya que ejemplos de la incompetencia de los directores los hay a raudales, y uno de ellos es el de Valverde descolgándose dirección Sauces en una puerto de segunda sin apenas mayor complicación para dejarse dos minutos en meta. Era 2008 y Contador caminaba hacia su Vuelta a España. ¿Unzúe le dijo algo así como a dónde vas alma de cántaro, que baje un compañero a por el chubasquero? No parece.

Yo estoy a favor de una radio colectiva semejante a la de la F-1. Frecuencia abierta donde las órdenes de equipo queden al descubierto y sean levemente frenadas. La frecuencia abierta, algo parecido a Radio-Vuelta o Radio-Tour permitiría comentar los lances peligrosos de la carrera, otorgando así la seguridad que tanto pregonan los ciclistas y directores, sin que por ello el corredor se vea coartado por las decisiones que se toman desde el coche, donde las sensaciones y sobre todo las piernas tienen poco que ver. Es la solución más inteligente y que más contenta, o debería, a todos, pero mucho me temo que las intenciones de la UCI son sueños húmedos sobre papel mojado.

¿Recuerdan lo que sucedió durante el pasado Tour de Francia? El 14 de julio, día de la festividad francesa, la organización decidió correr sin radio. A excepción de los equipos franceses, el Skil-Shimano y el Garmin el resto de equipos boicoteó la etapa donde se escaparon tres franceses más el siempre admirable Ignatiev. Carera-farsa, últimos veinte kilómetros a velocidad de crucero y victoria en meta para Cavendish. El estamento ciclista no admite injerencias en sus deseos y penaliza con la exclusión y la marginación a todos aquellos que decidan no obedecerle —cómo olvidar a Simeoni y Armstrong en 2004—. Como una mafia, en suma. La noticia es positiva pero no creo que llegue a ser exitosa. Veremos, como siempre.

Imagen | Universo Ciclista

sábado, 28 de noviembre de 2009

Virus

[Virú siendo detenido]

Nunca dejen de sorprenderse. Y menos si el ciclismo está de por medio, aunque, perimitirán el inciso, esta vez el premio gordo de una operación de la Guardia Civil contra el dopaje no es un ciclista. Es un atleta: Paquillo Fernández, marchista, notable competidos, en muchas ocasiones el único metal que la delegación española obtenía en los mundiales o las olimpiadas. Bah, pero es un caso aislado, dirán, como siempre. Claro, claro, pobrecitos atletas, señalados por culpa de una oveja negra. ¿Tan malo es Paquillo? ¡Si no ha dado positivo! Continuarán. Ya, no ha dado positivo pero la Guardia Civil ha encontrado EPO en su domicilio, lo cual es muy decidor.

La nueva redada contra el dopaje toma el nombre de Operación Grial, por la sangre, supongo, y algún día habría que preguntarse quién narices pone nombre a las operaciones policiales porque el tío debe ser un cachondo. El caso es que el principal detenido es Walter Virú, un hermodruida peruano que ya apreció implicado en la Operación Puerto junto al nombre del siempre presente Eufemiano Fuentes como médico del Kelme. Su historia es muy divertida y la cuenta muy bien Arribas en El País, especialmente el pasaje de la automedicación en Portugal. Menos divertida es la excusa de porqué narices no fue detenido Virú en su día: "Paralelamente a la investigación en Madrid de las actividades de Eufemiano Fuentes, la Guardia Civil también vigilaba a Viru, y estaba dispuesta para actuar cuando una súbita merma de efectivos obligó a sus mandos a centarse sólo en Madrid". Puaf.

En fin, que hay varios ciclistas implicados, ninguno de relevancia alguna y la Federación, sin que sirva de precedente, sospecho dada la irrelevancia de los cazados, se personará contra ellos. Veremos si Odriozola, presidente de la Federación de Atletismo, hace lo mismo. Virú, un virus a fin de cuentas del deporte, cazado. Por cierto, interesante método de actuación el suyo. La noticia sería positiva sino fuera porque en España ningún ciclista colabora para cazar a su entorno y porque Virú, evidentemente, mantiene silencio. Por cierto, se cumplen tres añitos de la Ley Antidopaje, creada para luchar contra el entorno del dopado, y de ella sabemos más bien poquito porque es absolutamente inútil. Como lo será esta vez. Mientras en otros países los cazados cantan y son útiles para desarbolar a quien le administra la mandanga, en España no habla nadie. Y así nos luce el pelo, Paquillo.

P.D.

Kolobnev al Katusha. La noticia merece mayor atención por el corredor en cuestión, un tipo que a buen seguro estará entre los mejores del mundial el próximo año sin haber hecho absolutamente nada durante toda la temporada. Al Katusha de Colom, Pfannberger y Steegmans negándose a firmar que, en caso de positivo, se quedaba sin sueldo.

Imagen | Diario de Navarra

martes, 24 de noviembre de 2009

El Team Sky busca a Wiggins

En Gran Bretaña el ciclismo está de moda. Sorprendentemente, claro, habida cuenta del estado de degradación que cuenta este deporte a nivel mundial por méritos propios. Sea como fuere parece claro que el futuro del ciclismo se escribe en inglés y lo protagonizan anglosajones: ahí está el súper-hombre que superó el cáncer y volvió con 38 añazos para ganar su octavo Tour, ahí está Millar, el hombre crono, como Boardman, su antecesor; y ahí estuvo este año Bradley Wiggins. La historia de Wiggins es cuanto menos curiosa. Un tipo que ha rotado toda su vida entre el ciclismo en pista —en Gran Bretaña es un deporte de notoria afición— y la ruta. En ruta jamás hizo nada. La única imagen que este aficionado guarda en su memoria del inglés es una heróica escapada en solitario durante toda una etapa llana del Tour sin que llegara a ninguna parte, claro. Corría con el Cofidis.

[El día de su solitaria escapada]

Transitó de equipo en equipo —François de Jeux, Credit Agricole, Cofidis, Team Columbia— sin hacer absolutamente nada destacable y llegó el año pasado al Garmin, el equipo del anteriormente dopado David Millar. Allí se juntó además con otro insigne contrarrelojista americano, siempre a la sombra de Lance Armstrong, Christian Vandevelde. Y, señores, por arte de magia, tras hacer un papel mediocre en el Giro de Italia y sin haber superado jamás la alta montaña con los mejores, va, se marca un Tour antológico y sorprendente y se queda a bien poquito de subir al podio de París. ¿Cómo? ¿de la noche a la mañana? ¿eso es posible? Wiggins se encargó de demostrar que sí, algún día tendrá que explicarnos cómo.

[Ganando en pista]

Así que el Team Sky, equipo fundado por la corporación televisiva británica y que aún no cuenta con un buen líder para las grandes vueltas puso el ojo en Wiggins, el inesperado pistard que de repente se puso a trepar como un sherpa. El Team Sky cuenta ya con una buena pléyade de ciclistas. Muchos de ellos procedentes del extinto Barloworld, con un claro sabor anglosajón, a quienes se suman varios Columbia, entre ellos, uno de los mejores ciclistas del pelotón internacional y que este año ha hecho de todo: Edvald Boasson Hagen. También Flecha ha fichado por el Sky, como Henderson, el descomunal Pauwels gregario de Sastre en el Giro, Lovkvist, Arvesen del Saxo Bank y otro ciclista que ha crecido en el último año de un modo espectacular: Simon Gerrans.

Un muy buen equipo, peligrosísimo en las clásicas si suma algún que otro corredor de nivel y que se llevará un buen saco de victorias al final de año presumiblemente a falta, como decimos, de un jefe de filas para las grandes vueltas. De conseguirlo se convertirá en un equipo temible. Y más si es Wiggins, el transformer. Veremos en qué queda todo ya que el Garmin, sabedor del potencial de este nuevo vueltómano, ha dicho que ni de coña se llevan a Wiggins, complemento perfecto para la pléyade de contrarrelojistas que conforma el Garmin junto a Millar, Vandevelde y Zabriskie.

P.D.1

20 años para da Ros. Un ejemplo de cómo se deben hacer las cosas y un agravio comparativo respecto a España en el que nuestras autoridades anti-dopaje no salen muy bien paradas, la verdad. ¿Saben de algún ciclista sancionado por la Operación Puerto? ¿no encuentran la respuesta? Desistan de buscar. No los hay.

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viernes, 20 de noviembre de 2009

Un equipo por y para Armstrong

[Sí, esa mirada mata]

Un año ha durado Lance Armstrong en el Astana. Su temporada no merece mayor repaso: rodaje sin llamar demasiado la atención en los primeros meses, se marca un duodécimo puesto muy digno para un señor de su edad en el Giro y llega al Tour para ganarlo, de manera increíble. La machada del Giro era ya de por sí increíble en un tipo de 38 años, pero en cierto modo asumible. Lo del Tour no tuvo nombre: tercero. Ahí es nada, tras tres años alejado de la competición. Nunca dejen de sorprenderse, como bien saben.

Pues bien, terminado su periplo al lado de Contador en el conjunto kazajo y sabedor de que quiere ganar una vez más el Tour, se ha largado del Astana y ni corto ni perezoso se ha montado un equipo llamado Radio Shack para él solito, donde mantenga su círculo de amistades y donde sea el líder máximo sin que nadie le tosa. Se ve que Contador causó cierta desazón en el tejano y en 2010 espera vengarse a su manera, comportándose como el tirano que fue durante siete años en la ronda francesa. Por supuesto no esperen que Armstrong planee ganar cualquier otra carrera: su equipo rota en torno a julio y pobre de aquel que aspire a algo más.

[Armstrong y Bruyneel viendo la París-Niza 2009, descojonándose, claro]

A buen seguro que el Radio Shack nos teletransportará a los viejos tiempos del Us Postal, ese hiperequipo de rendimiento fisiológico metahumano. No en vano Johan Bruyneel volverá a estar al volante de la escuadra, siempre cerca de su íntimo amigo el tejano, para lo deportivo y para lo extradeportivo. Con él, dos viejos gregarios del americano: Ekimov y Azevedo, conocedores de todo aquello que necesita un ciclista para rendir en julio. Y la pléyade de ciclistas del Astana que no ha querido estar cerca de Vinokourov ni de Contador, tomen aire: Brajkovic, Horner, Kloden, Leipheimer, Paulinho, Popovych, Rast, Rubiera y Vaitukus.

[Leipheimer ha preferido volver a ser gregario]

Especial mención merecen Kloden y Leipheimer, dos ciclistas que se resignan a ser gregarios en vez de aspirar a algo más. En el Sky Team andan pidiendo un jefe de filas pero Leipheimer, muy fiel, ha preferido volver a ser gregario de Armstrong. Pues bien, verán como el Radio Shack, que además cuenta con el patrocinio de Nike y Trek gracias al tirón mediático de Armstrong, recordará al difunto Us-Postal. Nueve corredores a pie de puerto y esas cosas. Tan sólo espero y deseo que esta vez Armstrong no haga de cada julio un motivo por el que apagar el televisor y odiar este deporte.

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martes, 17 de noviembre de 2009

El País Vasco lo merece

[El Euskaltel Euskadi, financiado con dinero público, es el único equipo español ProTour]

1978
. Desde tan insigne fecha la Vuelta a España no pasa por el País Vasco. Y es una pena, una lástima, que el orgullo nacionalista vasco, de rancio abolengo, incapaz de modernizarse, obsesionado en lidiar una batalla ficticia entre vascos y españoles, haya impedido que la Vuelta pase por una región absolutamente devota por el ciclismo.

Es la única región de España donde realmente hay pasión por el ciclismo. Ahí está la única clásica digna de llamarse como tal, San Sebastián, la Subida a Urkiola y la Vuelta al País Vasco, punto de preparación para tantos y tantos clasicómanos de cara al tríptico de las Árdenas. Pues bien, una vez el Parlamento Vasco ha dado paso a una mayoría no nacionalista —figurada, claro, un 11% del electorado vasco iba a votar a D3M—, las autoridades vascas han lanzado sendas peticiones a la Federación Española de Fútbol y a Unipublic para que tanto la Selección Española de Fútbol como la Vuelta regresen a territorio vasco.

[Barredo se llevó la última Clásica de San Sebastián, la clásica más notable que se disputa en España]

Es una buena noticia. Una grata noticia. Una alegría para este deporte que necesita de nidos devotos por el ciclismo como el comer. En plena crisis de afición se antoja complicado encontrar un lugar donde las cunetas estén más a rebosar que en el País Vasco. La exigüa excusa que han argumentado durante tantos años los nacionalistas para vetar alegóricamente la llegada de la Vuelta al territorio vasco carece de sentido ya que, de algún modo, es ceder a la amenaza terrorista. Es supeditar el funcionamiento de la comunidad autónoma a la sinrazón etarra, sin duda, lo que más desea el grupo terrorista, ahora patéticamente desarbolado para gracia de todos los ciudadanos.

[La Vuelta al País Vasco es punto común de grandes figuras del ciclismo internacional. Contador, en la imagen portando el maillot de líder, se ha llevado las dos últimas ediciones]

La pelota está en el tejado de Unipublic, claro. En su mano está devolver la Vuelta al lugar de su nacimiento, ya que, no en vano, fue El Correo el diario creador de la ronda nacional. En su mano queda decidir si un pueblo realmente aficionado al ciclismo merece o no el espectáculo incomparable de los mejores ciclistas del pelotón mundial surcando durante dos o tres días sus carreteras. Ójala, por el bien del deporte, por el bien del ciclismo, del espectáculo cívico alejado de los intereses políticos, de los vascos, de todos los españoles, en suma, la Vuelta regrese a un coto vedado desde hace treinta años. No hay mejor arma para desarbolar el terror que la algarabía de miles de vascos alentando un espectáculo repudiado por sus simplonas y obsoletas mentes pretéritas. El País Vasco lo merece. Sus aficionados lo merecen. El ciclismo lo merece.

En la línea, recomiendo leer la editorial de hoy de El Correo. Inteligente y moderada, no hay mejor manera de explicar porqué la Vuelta debe volver al País Vasco.

P.D.1

El Liquigas ya tiene configurada la plantilla para la próxima campaña. Basso de nuevo como jefe absoluto de filas en detrimento de corredores de mucha mayor talla y futuro como Kreuziger o Nibali. Dice que quiere volver al Tour. Espero que lo haga, de todo corazón, como al igual espero que se pegue el tortazo de su vida en la ronda francesa.

P.D.2

Contador se hace de oro con un contrato individual con Specialized. En otro orden de asuntos, y en contraposición absoluta con la posdata anterior, La Gazzetta dello Sport afirma sin rubor alguno que Contador gustaría de contar con los servicios de Basso en agradable e íntima compañía. Desde aquí, un abrazo para Birillo y AC.

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sábado, 14 de noviembre de 2009

La temporada de Carlos Sastre

A los niños hay que educarles. Y que un niño quiera educarme a mí lo veo complicado. Me da igual lo que diga.

Tan desconcertantes declaraciones las firma Carlos Sastre Candil, abulense, líder absoluto del Cervélo, ganador del Tour de Francia 2008 defendiendo los colores del CSC-Saxo Bank. 34 añazos, profesional desde 1998, ha transitado toda su vida entre la ONCE de Manolo Saiz, Beloki y compañía y el CSC de Bjarne Riis, Hamilton e Ivan Basso. Carlos Sastre es un corredor mediocre en el mejor sentido de la palabra. No destaca en nada más allá de una encomiable regularidad y sin embargo atesora un inverosímil Tour de Francia en el que ganó con 33 años a corredores de mayor talento que el suyo. Mediocre, sí, pero vencedor de la prueba por la que ciclistas de mayor enjundia suspiran, como Alejandro Valverde.

[Sastre de amarillo en París]

Si hacemos algo de memoria, Carlos Sastre llegó al Tour de Francia 2008 como líder para la general del CSC, el equipo más potente de largo de la competición. A su vera, los Schleck, Frank, el mayor, como segundo espada y Andy como gregario de su hermano. Cancellara, Voigt, Sorensen y etcétera. Sastre es un incomprendido y lo ha sido toda su vida, lo cual no cambió en aquella edición. Sastre atacó en Prato Nevoso a Evans, líder, pero Schleck hizo lo propio aprovechando la escasa ventaja que el austaliano le sacaba en la general. Sastre llegó quinto aquella etapa, junto a Kohl, los primeros de los favoritos. Frank, por contra, se vistió de amarillo. Y como desde el inicio del Tour el CSC fue una bicefalia, Sastre asumió que podía ir por libre.

Así lo hizo, atacó en Alpe D'Huez siendo su compañero de equipo maillot amarillo, se engalanó con los colores húmedos de todo escalador español y defendió de manera increíble la ventaja que tenía respecto a un especialista como Cadel Evans contra el crono. Ganó el Tour. Nadie protestó. Nadie más allá del propio Sastre, quien siempre pareció resentido ante al afrenta que los Schleck debieron llevar a cabo intentando defender su preciado maillot amarillo. Esto es: ante el ataque de Sastre los Schleck, según el abulense, tiraron para frenar su camino. Nada más lejos de la realidad, claro. Y, aunque fuera así, ¿no existía una dualidad en el liderazgo del equipo?

En fin, que Sastre se enfadó mucho y de ahí las declaraciones de ahí arriba, llamando a Andy Schleck niñato. Sastre es así, un incomprendido, un siempre mal ponderado corredor. No olvidemos que hasta el 2006 en el CSC era un mero gregario allá por donde pasaba. Primero de Olano, luego de Beloki, más tarde de Hamilton y finalmente de Ivan Basso, los tres últimos de afamadas prácticas extradeportivas. La oportunidad de su vida le llegó en 2006, en el Tour de Pereiro, donde se lanzó a cazar a Landis el día de su triste exhibición. No fue capaz. Tercero en el Tour ese año, en 2008 tercero en la Vuelta y este año tercero en el Giro tras el positivo de Di Luca.

[El día de su inhumana exhibición en la primera etapa que se llevó en el Giro]

¿La temporada de Carlos Sastre? Observarán que he hablado más bien poco de ella. No da para más. Participación irrisoria en País Vasco con su nuevo equipo, el Cervélo, prácticamente creado por y para él —que finalmente ha resultado ser el mejor equipo de todo el circuito internacional junto al Columbia, sorprendente— Giro y Tour. Una constante en la vida de Sastre. Siempre peleando por hacer algo en las grandes vueltas. Siempre hasta que sonó la flauta en 2008, claro. El caso es que con 34 años se salió en el Giro ganando dos etapas de manera bárbara y haciendo cuarto, todo ello a pesar de un fatal desfallecimiento el día del Blockhaust. Sencillamente descomunal.

[Su expresión más recurrente durante el pasado Tour: impotencia]

El positivo de Di Luca por EPO-CERA provocó que pasara a la historia como el segundo corredor español de la historia capaz de hacer podio en las tres grandes. Y eso que el Giro era un objetivo secundario en su preparción hacia la defensa del Tour. ¿Y el Tour? Se hundió. Eso sí, de manera mucho más digna que sus compañeros de cajón el año pasado, Menchov y Cadel Evans. Sastre lo intentó de manera patética el día de Le Grand Bornard, en el que atacó reiteradamente a pie de puerto al trenno del Astana. Parecía ir a otra velocidad, a una menos en concreto, respecto al liderísimo equipo de Contador. Fue ridículo. Sin embargo, como ya digo, al nivel de Menchov y Evans. Hombre, aquí rompo una lanza en favor de Sastre: el Tour 2008 lo parecieron dominar personas humanas. El del 2009 no. No es casual que los tres primeros de la ronda anterior desfallecieran de manera espectacular ante el mejor vueltómano, Contador, el niño prodigio, Andy, y el texano recuperado para la causa, Armstrong.

Fracaso en el Tour y depresión. Porque, verán, desde julio, Sastre no se ha colgado un dorsal. Para qué. Este año dice que va otra vez a por el Tour. Apuesto a que con Contador y el RadioShack de por medio ni él ni tantos otros tienen nada que hacer. Quizá pruebe a hacer ota machada en el Giro, porque claro, Sastre sólo entiende de Grandes Vueltas. El resto de competiciones deben merecer su desprecio.

Imagen | Esciclismo, Carlos Sastre, de archivo

miércoles, 11 de noviembre de 2009

La larga sombra negra que persigue al ciclismo

El dopaje es una lacra que se extiende más allá del puro deporte. Abarca también a la Administración Pública, últimamente obsesionada con hacernos ver que España lucha contra el dopaje cuando las noticias más recientes indican todo lo contrario. Abarca al periodismo, y qué mejor ejemplo de ello que Carlos Arribas, periodista de El País que destapó la Operación Puerto a medias por aquello de que "no hubiera una generación perdida". La historia de Arribas tiene su miga: de destapar en exclusiva mundial la mayor redada contra el dopaje en la historia a convertirse en un aférrimo defensor de Valverde o Contador, dos ciclistas implicados, hasta el punto de ocultar la reseña 18.Valv.(Piti), tan famosa y que le ha causado al murciano una sanción de dos años en Italia. Y abarca también al deportista una vez finaliza su periplo deportivo. Pruebas de ello lo encontramos en el erróneamente idolatrado Pantani se suicidó—, en el martirizado Chaba Jiménezconsumido por su adicción—, o en Fignon, doble ganador de Tour de Francia que ha publicado hace bien poco una autobiografía en la que desvela los entresijos del dopaje de principios de los 90. Tiene cáncer. Vivirá como mucho dos años.

La sombra del dopaje se extiende más allá del deporte y alcanza a la propia vida del deportista. Los mata. Les deja secuelas irrecuperables. Fíjense sino en cómo la ELA ha ido sesgando la vida de futbolistas italianos que jugaron en Serie A durante los setenta. O en la larga lista de muertes que atesora el ciclismo, la más reciente, Frank Vanderborucke, juguete roto de este deporte, crónica de un final anunciado con anterioridad. Quienes pregonan la barra libre dejan de lado normalmente que el dopaje no es una cuestión meramente deportiva y ética: es una cuestión vital. Es absolutamente dañino para la salud y causa en numerosas ocasiones la muerte a quien se ha adentrado en sus medicamentos prohibidos como ratas de laboratorio.

[Eufemiano Fuentes. Sobran las palabras]

Si hay un deporte lacerado por encima de todos los demás por la enorme mancha del dopaje es el ciclismo
. No es casual: se trata de un deporte radicado prácticamente en el rendimiento físico y por ende, propicio para mejorar tal rendimiento por medio del dopaje. El talento no se puede comprar por catálogo en la consulta de los hermodruidas, pero el rendimiento fisiológico sí. Que el deporte está manchado es evidente, pero que la lucha —no en España, precisamente— que se lleva a cabo contra su cáncer, las jeringuillas, es mayor que en el resto de deportes, también. Hoy ha sido hallado muerto Agustín Sagasti, primer corredor del Euskaltel que consiguió una victoria profesional. Se retiró del ciclismo con 23 años y ha fallecido con 39. Su corta carrera profesional no parece indicar que el dopaje haya sido causa de su deceso, pero hace reflexionar.

¿39 años? Puerta murió mucho más joven, y Jarque, este verano, lo hizo con 26. ¿Es casual que dos futbolistas mueran de paro cardíaco tan jóvenes? ¿Es normal que De la Red no pueda jugar al fútbol más? ¿Es normal que Frederick Nolf fallezca con 21 años mientras disputada el Tour de Qatar? Barra libre pregonan, los muy ignorantes.

[Madrid 2016 cayó, de nuevo, entre otros motivos, por sus deficiencias en la lucha contra el dopaje]

La realidad del dopaje es triste para quienes desean abrir los ojos y desmarcarse de la propaganda oficial. En España, tras la Operación Puerto, se aprobó la Ley Antidopaje por la cual doparse se consideraba delito, al igual que en Francia, y el entorno del dopado sería perseguido para averiguar la verdad. De aquellas buenas intenciones de Jaime Lissavetzky ha quedado más bien poco por su negligente gestión. ¿Qué sabemos del entorno de Astarloza? ¿Y de Antonio Colom? Absolutamente nada. Oscurantismo. Borrón y cuenta nueva, aquí no ha pasado nada, nos jugamos demasiado en Madrid 2016.

[Astarloza, uno de los últimos ciclistas cazados del que sabemos poco más]

Nos extrañamos a posteriori que en el extranjero desconfíen. Lo hacen con razón porque aquí nos negamos a ver la realidad. Por cierto, la autopsia de Jarque sigue sin hacerse pública. Creemos que con haber desvelado a medias la Operación Puerto estamos curados de espanto y nos escandaliza asumir que algunos medios nacionales identifiquen a esta nuestra gloriosa nación como el paraíso del dopaje. No es para menos. Ustedes mismos, calculen mentalmente, ¿cuántos ciclistas han sido sancionados por la Operación Puerto? Cero. Ni siquiera por delitos contra la salud pública. Apartados del circuito profesional y punto. ¿Cuántas niñas de quince años han de doparse para que la sociedad comprenda que hay que erradicar tamaña lacra? Lo desconozco. La larga sombra negra que persigue al ciclismo no es el dopaje. Es la propia sociedad que lo mira con ojos recelosos de saber la verdad, de conocer que sus glorias deportivas son un fraude, de asumir que las muertes de sus ídolos obedecen a causas del destino, de comprender que el daño es irreparable, que la gangrena se extiende y que es medianamente normal que los adolescentes caigan en la trampa. Ojos que no ven, corazón que no siente. Y así nadie puede hacer nada. España y su triste realidad. La sociedad, en términos genéricos, y su negación de la realidad. Eso es el dopaje. Y mientras tanto, algunos seguirán clamando por la barra libre.

Imagen | Cor Vos, Marca, El Mundo, Diario Vasco, Cinco Días

martes, 10 de noviembre de 2009

La temporada del Columbia

En el ciclismo de siempre hay equipos. En el ciclismo de los últimos veinte años hay súperequipos. Ahí está la ONCE de sus buenos tiempos, el Us-Postal, la Selección Española del mundial de Verona en 2004, o el Team Columbia HTC de 2009, sin ir más lejos. ¿Saben ustedes cuántas victorias se han embolsado los jóvenes corredores del que antaño fuera el T-Mobile? 85. Ochenta y cinco, eighty-five, fünfundachtzig, quatre-vingt cinq. Recítenlo en los idiomas que deseen porque seguirá pareciendo igual de inverosímil. Todo un logro metahumano personificado en tres corredores: André Greipel, el dominador absoluto del sprint en la Vuelta, Edvald Boasson Hagen, el noruego que se llevó el Eneco Tour, el Tour de Gran Bretaña y la Gante-Wevelgem, y, cómo no, Mark Cavendish, el nuevo tiránico dominador de los sprints que se ha llevado 24 victorias en 2009, entre ellas cuatro etapas del Giro, seis del Tour y la Milan-San Remo —remontando de esta manera tan bestial—.



¿Qué es el Columbia? ¿Son personas humanas? ¿Son cyborgs venidos del futuro destinados a dominar el sprint por el resto de los días de esta nuestra humanidad? Van como motos y ganan durante toda la temporada, sin descanso. Su sed es insaciable e imponen su tiranía, especialmente, al sprint. Para el recuerdo, por ejemplo, la Vuelta a Suiza de este mismo año, donde se llevaron seis etapas de ocho. Cojan aire y reciten conmigo: Rogers, Greipel, Cavendish, Henderson, Rabon, Lövkvist, Martin, Boasson Hagen, Albasini, Pinotti, Siutsou, Grabsch, Eisel, Kirchen, Hincapie y Monfort. T-o-d-o-s han ganado algo este año. De enero a octubre. Jamás se vio semejante dominación en el pelotón internacional, jamás hubo un equipo que se impusiera en tan variopintos lugares como Qatar o Missouri, jamás existió máquina perfecta que venciera en todos los meses del calendario. El asunto no queda ahí: 28 segundos puestos y 32 terceros.

¿Y saben quién entrena tan perfecta máquina de dominación universal? Bob Stapleton, quien fuera en su día director del T-Mobile de Ullrich y Sevilla. Les cuento, para quienes no estén familiarizados con las truculentas idas y venidas de algunos equipos ciclistas en los últimos años. El T-Mobile desapareció porque su patrocinador se cansó de que sus corredores le tomaran el pelo. En aquel T-Mobile de Sinkewitz se encontraba tres cuartas partes de la actual plantilla del Team Columbia HTC, entre ellos el golden-boy Cavendish. Tras la desaparición del patrocinador y ante la imposibilidad de encontrar uno nuevo, Bob Stapleton puso de su bolsillo el dinero necesario, unos 12 millones de euros —¿y de dónde obtiene el dinero un director de equipo ciclista?—, para que la estructura no se fuera al carajo por aquello de "es un grupo muy bueno de corredores". El equipo pasó a llamarse High Road y comenzó 2008 sin patrocinador.

[Lo habitual este año, Cavendish entrando primero]

El espectacular rendimiento del conjunto en la primera mitad de temporada, Giro de Italia de Contador incluído, atrajo a una marca de deportes americana, Columbia, que engalanó su maillot de cara al Tour de Francia donde, vaya por dios, Cavendish se sale y logra cuatro etapas. Algarabía, felicidad. Ni medio año en conseguir patrocinador y un conjunto de corredores que alcanza las 77 victorias aquel año. Una auténtica barbaridad superada tan sólo por el increíble registro de 2009. Lo del Columbia no tiene nombre. Da pánico pensar qué harían si agarraran a algún vueltómano mediocre y lo prepararan como sólo ellos saben hacer para ganar el Tour. Podríamos asistir al nuevo récord ininterrumpido de diez Tours victoriosos. En fin, de momento podemos respirar tranquilos. Aún no se han interesado en grandes vueltas, Kirchen y Monfort no valen para ello. ¿Alcanzarán las 100 en 2010? Uno ya no sabe de qué sorprenderse la verdad.

Imagen | Bicycle