sábado, 31 de octubre de 2009

Lo que cuesta limpar tu conciencia

German Andreas Klöden has agreed to pay a fine to call an end to an investigation into his involvement in a 2006 blood doping scandal, the dpa reported Saturday.

A spokesman for the public prosecutor in Bonn said that, in return for the payment, the district court will stop proceedings for sporting fraud against the 34-year-old. The payment, said to be 25,000 euros by the German magazine Focus, is not considered an admission of guilt under German law.

Y ahora respóndanse con la sinceridad que seguro les caracteriza. ¿Un tipo que paga a una revista para que finalice una investigación sobre un escándalo de dopaje no tiene nada que ver con la misma? ¿25.000 euros única y exclusivamente por limpiar su reputación, o su conciencia? Andreäs Kloden es uno de los corredores con mayor clase dentro del pelotón internacional pero la sombra del dopaje le persigue como a pocos. Puntero durante los años de Armstrong como dominador robótico del Tour de Francia, hizo varios podios en la carrera francesa vistiendo el color magenta del T-Mobile, de cuyas prácticas ya hablaron en su día Erik Zabel o Bjarne Rijs, el limpísimo mister 60% de hematocrito para fulminar a Indurain en Hautacam.

Cuando tras el positivo de Patrick Sinkewitz el T-Mobile desapareció por completo sumido en la espiral del dopaje, Kloden decidió probar suerte en el boyante Astana heredero del Würth de Manolo Saiz. Allí se encontraba Contador horas antes de largarse velozmente al Discovery Channel de Bruyneel y proclamarse en julio de 2007 como héroe del ciclismo internacional por su valentía y limpieza asegurada. Kloden ganó Romandía vistiendo el color turquesa del Astana, acompañando en sus aventuras a tipos de tan reputada experiencia y honradez como Mazzoleni, positivo, Kessler, el de la testosterona imposible, Kascheskin o Vinokourov, los kazajos que se intercambiaban la sangre por osmósis.

Y ahora esto. Pobre Kloden. Hace bien poco hablábamos de las maliciosas casualidades que perseguían a algunos ciclistas del Astana como Armstrong o Contador. Kloden es uno más, perseguido por la siempre injusta y alargada sombra del dopaje que nada hace más que manchar a personas veraces y sanísimas. Eso sí. Que ninguna revista te joda la imagen que tienes de tí mismo. Para eso cobras una pasta y puedes comprar su silencio y así dormir en paz, acorde a tu conciencia.

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Pues vaya. Cualquiera lo diría cuando en Francia se encuentra uno de los mejores laboratorios del mundo en la lucha contra el dopaje y la UCI se dedica a promocionar la inutilidad absoluta del pasaporte biológico, con el que tantos y tantos ciclistas han caído.

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Que la CERA provenía de los balcanes ya se sabía, y que el rendimiento de Sella alucinó a todo el pelotón, inclusive a nuestra protagonista de hoy, también. Que la UCI es muy dada a pregonar que analizará las muestras de rondas pasadas también, y que finalmente nunca destapan a nadie, lo mismo.

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viernes, 30 de octubre de 2009

Contador se resigna a correr en el Astana

Lo explica con clarividencia Arribas hoy en El País —lástima que luego ensucie su labor, como suele hacer, con esta pieza propagandística para ensalzar las virtudes del líder absoluto—:

La realidad es que Philippe Verbiest, asesor jurídico de la UCI, le ha dicho por teléfono a los abogados de Contador que pese a que el Astana no haya recibido licencia el 20 de octubre, la aplicación del artículo introducido en julio pasado al reglamento de la UCI que da libertad de movimiento a los corredores de los equipos que en ese plazo no tengan licencia no es de aplicación automática, así como que hay dudas sobre su retroactividad. En resumen, les informaron, el asunto tomaría unos meses y acabaría muy probablemente en el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS).

¿A qué situación nos lleva todo esto? A que Contador podría, y de hecho es la opción más plausible si el Astana se mantiene en sus trece, quedarse en el conjunto kazajo un año más. Podría no ser tan negativo pero hay que comprender que el Astana ha quedado absolutamente desmantelado tras la creación del RadioShack de Armstrong y que la estructura del equipo ya no es la que era. Dominada por los kazajos, liderados por Vinokourov, es probable que el rendimiento de Contador se resienta ahora que Bruyneel se ha largado a otro equipo, con lo que ello conlleva. Por cierto, si Contador se queda en el Astana será interesante observar sus resultados. Él ya avisa: "Quiero solucionarlo todo cuanto antes, no quiero agobiarme más, así que seguramente me tomaré el año próximo como un año de transición en el Astana, y después ya veremos".

¿Significa que no irá al Tour a ganarlo? ¿Por qué, si ya este año ha corrido según él con el enemigo en casa? Como decía, gozará de gran interés ver la evolución de Contador por primera vez con un director que no sea ni Bruyneel ni Manolo Sáiz. Y como aquí todo el mundo es muy inteligente no creo que sea necesario explicar mucho más. Puede que el 2010 de Contador sea opaco y gris si no consigue salir de Astana. O no, quien sabe, que Vinokourov es experto en crear equipos poderosos de la nada.

Vía | El País

miércoles, 28 de octubre de 2009

La temporada de Alejandro Valverde

Si hay un corredor español versátil y talentoso en cualquier terreno, ése es Alejandro Valverde. Es una lástima, sin embargo, que el murciano no debiera competir en ninguna prueba durante dos años ya que, fehacientemente, el CONI ha demostrado que la bolsa 18.Valv.(Piti). contenía su sangre. Es decir, que estaba metido de lleno en la Operación Puerto, a diposición de Eufemiano Fuentes mientras corría en el Comunitat Valenciana. A pesar de ello, como en España semos así y como el TAS no decidirá hasta el próximo Noviembre si la sanción se extiende a todo el mundo, Valverde ha podido cuajar una temporada de luces y sombras. Luces, como las que ha tenido durante toda su carrera a excepción de aquel irrepetible y patético 2007, porque es el mejor corredor del mundo. Sin más.

Pese a que dista mucho de su magistral 2008, la temporada de Valverde este 2009 ha sido la de sus sueños. Su onírico año se debe ni más ni menos ha que ha superado sus propios fantasmas y ha conseguido alzarse como ganador de la Vuelta a España, sin sobresaltos, apenas atacando, resistiendo los escasos arreones que Gesink o Samuel Sánchez lanzaban muy de vez en cuando. Tan sólo tuvo un momento de debilidad en La Pandera del que supo reponerse de manera fastuosa. Valverde ha demostrado, más bien, se ha demostrado a sí mismo que es capaz de imponerse en una gran vuelta de tres semanas, lo cual impedirá que comprenda cuál es su verdadero potencial y centrará, una vez más, todos sus esfuerzos en conseguir el Tour de Francia. Inútilmente. Quizá lo gane o quizá no, pero si Valverde dedicara mucha más atención a las clásicas o a las vueltas de una y dos semanas, su palmarés podría acercarse, figuradamente, al de Sean Kelly.

Sin embargo no será así y como corredor español que es vive y morirá obsesionado con el Tour de Francia. Hipotecará una vez más su temporada a la ronda francesa, ya que este año no pasa por Italia, ya saben, pequeñas trampas administrativas que le impiden pisar con un dorsal el país transalpino. En cualquier caso, y aunque esté lejos de ser una temporada igual de buena que la de 2008, Valverde se ha vuelto a salir. Segundo en el Ránking UCI y primero en al CQ Ranking, comenzó la temporada llevándose dos etapas de la Vuelta a Castilla y León. Preparó un año más las Árdenas sin acudir al País Vasco y antes de su trípitico pasó por la Clásica de Primavera y se la llevó. ¿Y en las Árdenas, terreno Valverde? Nada de nada. Rien de rien. Antaño vencedor en Lieja y Flecha Valona, esta vez se quedó con la miel en los labios, sin que le importara demasiado por otro lado. Lejísimos en la Amstel que se llevó Ivanov, sin fuerza para remontar en la Flecha —séptimo— y en el grupo que regaló la Lieja a Schleck —19º—. Magros resultados para un corredor capaz de ganar cualquier carrera de un día sin pavés que se proponga.

Tras su fiasco en las Árdenas cuajó un Romandía más que aceptable, siendo cuarto final tras el imperioso Kreuziger. Valverde preparaba su calendario en torno al Tour, pero sin ir al Tour. Una especie de demostración para los organizadores y para el mundo entero en general: estoy en gran forma aunque no vaya al Tour, para que veais lo que os perdeis. Tras Romandía arrasa en Catalunya y se larga a la Duphiné. Y allí, en la víspera del Tour, repite triunfo. Con el dorsal 1 a la espalda lanza un ataque apoteósico en el Mont Ventoux, le deja la victoria a Szmyd de manera patética, arrebata el liderato a Evans y se coloca con casi dos minutos de ventaja a la espera de la última etapa con final en Cry de Foix. Allí Evans sufrió la pinza Contador-Valverde y el murciano se adjudicó una vez más la prestigiosísima prueba. Sublime.

Durante el Tour vagó melancólico en la Vuelta a Madrid, donde fue segundo tras el célebre Héctor Guerra. Y de ahí al final, Vuelta a España. Y poco más. Ganó, eso sí, antes de la ronda española la pequeña Vuelta a Burgos a Tom Danielson y Ezequiel Mosquera, futuribles rivales en la ronda hispánica. Hizo 17º en San Sebastián sin pena ni gloria y en agosto se concentró con todas sus energías para hacer la Vuelta antes ya descrita. Noveno en el mundial y adiós muy buenas.

Cualquier ciclista mataría por una temporada como la que Valverde ha tenido este año. Es sencillamente espectacular. Aunque, como digo, sigo pensando que yerra en sus objetivos cada temporada. Valverde debería olvidarse del Tour, o como mínimo dejarlo de lado, para centrarse en las clásicas del norte, donde podría ser un dominador tiránico durante varios años. Sea como fuere el murciano lo tiene crudo: si el TAS decide que la sanción del CONI es extrapolable a todo el mundo, Valverde se puede pasar dos añitos en el dique seco, sin Árdenas, Tour o Vuelta. Crónica de una muerte anunciada señores, el nombre de Piti lleva durante demasiados años pululando impunemente en los documentos de la Operación Puerto. Guarden en la memoria este post. Puede que sea el último que hable de un corredor no sancionado.

Imagen | Esciclismo

miércoles, 21 de octubre de 2009

La prensa y el dopaje

En el espectro del periodismo deportivo español encontramos, de vez en cuando, casos por los que verdaderamente merece la pena intentar ser alguien en esta profesión. En lo relativo al ciclismo, ya que este blog habla de ello, se pueden contar con los dedos de una mano y de manera muy puntual. Juan Mora, del As, es uno de los escasísimos periodistas que siempre que pueden hablan sin tapujos del dopaje. De hecho el As es el único periódico levemente beligerante con el dopaje. Una prueba, hoy han publicado —ayer hablábamos sobre elloesto, algo de lo que El País no se hizo eco:

Otro cliente, que ya se ha borrado, fue un ganador del Tour de Francia, que se sintió "acojonado" cuando vio que Moisés Dueñas había dado positivo. "Menos mal que no soy ambicioso y no tomé nada de lo que me habías dado", le dijo al doctor Losa.

Vaya. Hay tres corredores en activo vencedores del Tour de Francia exceptuando a Armstrong. Óscar Pereiro, Carlos Sastre y Alberto Contador. Si hacemos caso al contexto, y a las declaraciones publicadas en Interviú —no sigo contigo porque no creo que pueda hacer mucho más en la carretera—, Contador queda automáticamente descartado. Veamos, Moisés Dueñas, Tour del 2008. ¿Vencedor?

Carlos Sastre. Pereiro también lo corría, como mero gregario de Alejandro Valverde. Saquen ustedes mismos las conclusiones. Moisés Dueñas dio positivo en la primera semana del Tour. El mensaje intercambiado con Losa, a raíz de su "acojonado" sentir, debió haberlo escrito alguien al pie del cañón. Pero, en fin, la jueza decidió no escarbar más en la Operación Chinatown y por el momento seguiremos sin saber nada.

Decía que Juan Mora, subdirector del diario As, es de los pocos periodistas a los que merece la pena leer cuando hay dopaje de por medio. En ocasiones, sí, pero es una isla en un inmenso océano. Aquí tienen una prueba:

Muy mal debemos estar haciendo las cosas cuando las investigaciones no dan para pillar más que unas cuantas grabaciones y SMS que, según el juez, no sirven para encontrar a los culpables de un delito. Porque hemos de recordar que el dopaje aquí ya es delito y desde que se aprobó la Ley ya ha habido unos cuantos casos (Moreno, Dueñas, Beltrán, Colom, Astarloza, Landaluze, Serrano, Guerra, Nozal, Alozie, Centeno, etc), todos sin resolver. [...]

[...] entre unas cosas y otras no avanzamos. Tenemos unas grabaciones que, si bien para la justicia no significan nada, al CSD, a la inoperante Agencia Antidopaje Española o a la Federación les podían valer para poner en un compromiso a los implicados y al menos darles un susto. Pero ni siquiera eso. Tiene que ser la prensa quien tome la iniciativa.

Y en ésto último disiento. ¿La prensa? ¿Qué prensa? ¿La misma que ocultó deliberadamente a 18.Valv.(Piti)? ¿La misma que tras publicar en exclusiva mundial los papeles de la Operación Puerto hablaba de que no debía haber una generación perdida? ¿La misma que se despreocupa por hablar de la absoluta incompetencia de la Agencia Antidopaje Española? ¿La misma que utiliza el ciclismo como trampolín de ventas cuando AC gana el Tour y nada más? ¿Esa prensa seguidista, que compagina su profesión con amistades en el mundo ciclista, que clama contra el malvado francés por su lucha contra los inocentes españoles, que obvia el altísimo número de casos positivos en España y se indigna cuando en el COI indagan a la candidatura de Madrid sobre sus problemas contra el dopaje? En resumen, ¿la que lleva haciendo la cama al deporte español sin intentar ver más allá desde hace varios años? ¿Esa prensa ha de tomar la iniciativa?

Juan Mora es un tipo honrado, y a como profesional me cae bien. Se ha ganado el prestigio a pulso y, ya digo, es una isla en un océano. Su propuesta para tomar la iniciativa por parte de los medios de comunicación no creo que sea hipócrita, es simplemente ingenua. Un tipo como él aún debe creer que en su periódico o en cualquier otro se plantearían un sólo segundo algo sobre la situación del dopaje en el ciclismo a día de hoy.

Imagen | Arueda

martes, 20 de octubre de 2009

Losa y los SMS

Nos enteramos ahora por Interviú de las actividades en la sombra de Jesús Losa, reputado médico en el mundo ciclista —fue médico del Euskaltel de Mayo— y, en términos genéricos, deportivo. Losa ha vivido toda su vida en la sombra. En la sombra mediática y bajo la sombra de la verdadera estrella, Eufemiano Fuentes, auténtico caramelo en dulce para todos aquellos ciclistas que en su día decidieron ser algo a toda costa. Pues bien, a pesar de que las actividades de Losa son harto conocidas en el mundo ciclista, de que su nombre es sinónimo de sospecha —algo que sucede en Italia, por ejemplo, con Ferrari— y de que ya estuvo imputado ante el juez tras los positivos de Moisés Dueñas y Maribel Moreno, Losa sigue caminando a sus anchas sin nadie que le tosa. Y en estas, Interviú, revista que combina de manera más o menos eficaz mujeres desnudas y periodismo de investigación, destapa algunos mensajes que ciertos ciclistas —siempre ciclistas— se enviaban con el médico.

¿Interesante verdad? No demasiado para la jueza que en su día instruyó el caso, que lo dio por sobreseído en mayo sin intentar siquiera escarbar un poquito en el asunto. Según parece, Interviú ha accedido a los SMS reflejados en el sumario de la instrucción y ha decidido publicarlos. Cuanto menos jugosos. De la mano de la revista podemos averiguar que Daniel Moreno, del Caisse D'Epargne, seleccionado en el pasado mundial de Mendrisio, segundo en el Giro de Emilia tras Gilbert hace escasos días y potencial ciclista de nivel, intercalaba mensajitos con el amable médico afincado en Valladolid. También aparecen SMS de Moreno y de un ganador del Tour de Francia (sic) que no quería mantener sus relaciones con Losa porque, verá usted, Don Jesús, no creo que pueda hacer mucho más en la carretera. ¿Apuestas? No seremos malvados, en España se lucha contra el dopaje a saco, que se enorgullece en pregonar el Secretario del Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky.

Se lucha tanto, que la causa contra Losa se archivó y no pudimos acceder a la más que probable lista de mensajes, y de clientes, que el médico ostentaría, u ostenta, porque, en fin, hay que ser muy ingenuo para pensar que Losa, de repente, se haya retirado. Aún asi, tan sólo con lo que Interviú ha publicado nos basta para saber, también, que Luis León Sánchez estaba en la órbita de Losa. No en vano, al médico le felicitan por la excelente actuación de su pupilo en la París-Niza. Sí, pero podrán ser amigos, pensarán. Y estarán en todo su derecho. Sin embargo, en fin, llegado el ciclismo al punto de degeneración en el que se encuentra, prefiero no otorgar el noble beneficio de la duda, no con viejos conocidos de la Operación Puerto. Ah, y un candoroso saludo para la Real Sociedad del 2002/2003, segunda en aquella Liga.

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Los tres primeros ciclistas del mundo en 2009, españoles. Contador, Valverde y Samuel Sánchez. Espectacular, sin duda. El mejor país, España. El mejor equipo, Astaná. Tendría su interés analizar los porqués de tal situación, pero es mejor agachar la cabeza y circular, fingir que aquí no ha pasado, ni pasa, absolutamente nada.

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16 de Noviembre. En tan señalada fecha Valverde acudirá al TAS a declarar. El segundo mejor ciclista del mundo en 2009. ¿Qué sucederá? Lancen sus apuestas. Yo apuesto porque el máximo organismo de arbitraje deportivo aplicará la sanción del CONI a todo el planeta. Y también a toda una campaña de victimismo y envidia por parte de los medios de comunicación españoles.

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Una lástima. No negaré que hubiera sido interesante ver a Pereiro rindiendo en todas y cada una de las etapas de la Vuelta, como algunos ciclista del Xacobeo este año.

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lunes, 19 de octubre de 2009

Gilbert culmina un otoño mágico

Coppa Sabatini, París-Tours, Giro del Piamonte y Giro de Lombardía. Simple y llanamente espectacular. Philippe Gilbert, belga, valón, de 27 años, culminó el pasado sábado un otoño absolutamente estelar, glorioso, a la altura únicamente de los más grandes. En diez días se ha llevado cuatro clásicas, dos de ellas de prestigio altísimo, ya que, no en vano, el Giro de Lombardía es uno de los cinco monumentos. Venció en Lombardía como lo hizo en París-Tours, con un ataque poderoso, plato grande engranado, rompiendo el pelotón en mil pedazos y largándose en compañía de un único superviviente: Samuel Sánchez, el mejor corredor español en la última prueba de nivel de la temporada. Lucía el sol otoñal en el norte de Italia, cerca del lago Como, donde hace un año Ballan se proclamó campeón del mundo. Lucía Gilbert, para romper la racha de victorias italianas en una clásica que necesitaba un vencedor que no proviniera del país transalpino, que no se llamara Bartoli, Bettini o Cunego.

Gilbert es un ciclista especial. Uno de los pocos capaces de rendir en cualquier tipo de clásica, suponga el nivel de exigencia que suponga. Repasemos: ya ha hecho tercero en Flandes, cuarto en la Amstel y cuarto en Lieja, además de llevarse de manera imperial la París-Tours frente a un desesperado Boonen. Ya ganó en 2006 y en 2008, vistiendo los colores del equipo que le dio a conocer, la François de Jeux, la Het Volk, la semi-clásica de pavés que se disputa a comienzos de la temporada, y ya ostenta en su palmarés una prueba en línea de durísimo trazado como es el Giro de Lombardía, frente a rivales de la talla de Gesink, Cunego, Evans, Kolobnev —en una de sus pocas apariciones con el maillot del Saxo Bank, cosas de los sputniks—, el sorprendente Hoogerland y Sánchez, tercero en País Vasco, segundo en la Vuelta y cuarto en el Mundial. Siempre delante. Siempre batallando. Como hasta hace bien poco hacía Gilbert. Con la diferencia sideral de que ahora, el valón, triunfa.

Gilbert puede ganar donde sea. Aún no ha despuntado en la Roubaix, la clásica de mayor especialización de todo el calendario, pero es cuestión de tiempo y preparación. Ayer se impuso de nuevo al sprint, lo que, sin ser su especialidad, domina a las mil maravillas. Tan pronto se impone a un corredor rápido e intuitivo como Samuel Sánchez como lo hace frente a un pura sangre como Boonen, como hace segundo en Caravaca de la Cruz tras Farrar. Samuel Sánchez, en otro nivel, repitió su segundo puesto de 2006, año de su explosión. El sábado no pudo con un ciclista que ha terminado la temporada a otro universo del resto del pelotón. Gilbert. Asusta pensar qué puede hacer en 2010 si continúa a este nivel.



[Aconsejable ver el final del Giro de Lombardía sin la música que le acompaña]


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¿Otro caso de sospecha de dopaje con el Astaná de por medio? ¿De verdad? No me lo puedo creer. Maliciosas casualidades, otra vez provocando que el inmaculado equipo kazajo se encuentre en pleno ojo del huracán. Las jeringuillas también son odiosas, al igual que los malditos franceses, empeñados en hacer la vida imposible a honrados equipos que cuentan en sus filas con genios superdotados como Armstrong o Contador.

P.D.2

Pues menuda novedad. Der Spiegel es una de las revistas de mayor tirada y mayor prestigio de toda Europa, pero la noticia no tiene ningún misterio más allá de comprobar hasta qué punto los clientes de Eufemiano padecían de los mismos síntomas que cualquier yonki de las Barranquillas. Adicción constante y permanentes visitas a su camello de turno.

Imagen | Cyclingnews

martes, 13 de octubre de 2009

Gilbert repite en Tours

Cuando a siete kilómetros de meta el tremendo Van Avermaet —ganó el año pasado en Sabiñanigo en la Vuelta y se llevó el maillot azul de la regularidad, desde entonces ni rastro de él— atacó, la París-Tours se confirmó como una de las carreras más bonitas y espectaculares de todo el calendario. Una clásica de primer rango olvidada por el gran público dentro de nuestras froteras. Atacó Van Avermaet y la 2, encargada de emitir la carrera por el contrato que TVE mantiene con ASO —a cambio del Tour, han de echar otras carreras organizadas por los franceses—, estaba en publicidad. A siete kilómetros del final de una prueba centenaria, con una participación de primera calidad y en el momento determinante de la carrera: el primer muro.

Así que quienes no tenían Eurosport debieron soportar los útiles consejos publicitarios mientras el belga se llevaba consigo a Borut Bozic, ganador este año en la Vuelta, del Vacansoleil, Tom Boonen y Philippe Gilbert, vigente campeón y máximo favorito. Cuatro corredores que dejaron por detrás al pelotón y que desmontaron un día más el mito de la clásica de los sprinters. Deberían obviar tal nombre. Le pega mucho más el de las hojas muertas, por la cantidad de hojas derramadas por los árboles a ambos lados de la carretera, una vez el otoño hace acto de presencia. Y allí estaba Van Avermaet. Lanzando a su compañero de equipo, Gilbert, haciendo de la Paris-Tours un espectáculo memorable cada año que pasa. Dando motivos por los que seguir enganchándose al televisor cada vez que hay un evento de este tipo. Sin embargo, su esfuerzo, si bien no fue baldío, duró poco.

Porque al siguiente muro se quedó. Y mientras el pelotón trasero se fragmentaba en mil pedazos por culpa de una caída en un estrecho paso entre dos muros, la carrera quedaba vista para sentencia. Serían tres corredores quienes buscarían la victoria en la mítica y larguísima avenida de Grammont, de más de un kilómetro de longitud. ¿Tres? Un clasicómano, otro que lo es y que antaño fue sprinter y un invitado del que desconocíamos su faceta de clasicómano. Esto es, victoria para el que debería ser sprinter. ¿No? No. Boonen, antaño dominador en las llegadas masivas, ya no gana al sprint. Cuesta imaginarle imponiéndose en una volata, ya que, tras su segundo positivo por cocaína, ha mutado. Es un corredor espléndido en el pavés, pero sufre entre los más rápidos. Y así, sabedor de quien fue, golpea el manillar cuando entra segundo en un error evidente en la llegada.

Antes de eso Pozzato optó por perseguir, como ya hiciera en Roubaix. Sin éxito. No alcanzó al tercerto de cabeza. Terceto que se plantó en Grammont perseguido, pero inalcanzable. La toma no tiene precio. Una larga avenida donde se aprecia la composición de la carrera, donde se atisba a ver a un grupo alejado veinte segundos, donde el espectador obtiene el imborrable recuerdo de ver cómo unos pocos privilegiados se disputan el sprint mientras a sus espaldas otros tantos luchan por las migajas de la París-Tours. Quienes luchaban por la victoria esperaron a los últimos metros. Mantuvieron, los tres, sus posiciones. Y sin embargo, el menos favorito de todos ellos al sprint, Gilbert, el teórico corredor más lento, se abrió a la izquierda, pegado a la valla, levantando las hojas muertas, pletórico de potencia y energía, de sabiduría, y Boonen, quien acaparaba todas las miradas como favorito, siguió a Bozuc. Desconozco si la decisión se debió a un menosprecio a Gilbert, respeto al esloveno o simple y llanamente fallo de cálculo. Pero cuando quiso alcanzar a Gilbert, golpeando los pedales con virulencia, era demasiado tarde. El valón ya tenía su segunda Tours. El único logro en el que supera a un tipo como Merckx: nunca la ganó.

[El momento en que atacó Van Avermaet y la carrera se rompió]




P.D.

Ha muerto Frank Vandenbroucke. Un juguete roto más que se suma a una larga lista. Es todo muy oscuro: llevaba hundido en un pozo de miseria muchos años, víctima del alcohol, de su mala cabeza, de las drogas y del dopaje. Víctima de un deporte viciado y triste. Se fue degradando progresivamente en el circuito internacional hasta que hubo de pasarse por Tom Boonen en una carrera amateur italiana para poder participar. Le pillaron. Fue su enésimo escándalo, su enésima penosa noticia. La última es la de su muerte, Arribas le dedica esta sentida pieza. Para el recuerdo su clase, su elegancia, su Lieja y su exhibición camino de Ávila en 1999. Y, huelga decirlo, su vida alocada y repleta de dopaje y droga, aunque cuesta adivinar la diferencia.



Imagen | El Mundo, Cyclingnews

jueves, 8 de octubre de 2009

Contador y su pasado (I)

Lo prometido es deuda. Hablábamos el pasado día de la temporada de Contador, de su consagración como el mejor ciclista del mundo, el más mediático, el más deseado y el más controlado. Pero conviene comprender porqué Contador es hoy quien es, repasar su camino vital para certificar que en su carrera no todos son luces, en absoluto, si no que las sombras oscurecen su trayectoria. Ahora que Contador es el ídolo, es el ciclista que permite subir la audiencia, es el vigente campeón, de nuevo, del Tour de Francia y único ciclista en activo que ha ganado las tres grandes —en el plazo de año y medio, nada menos—, es menester repasar su pasado.

En el año 2002, en septiembre, a finales de temporada, Contador salta a profesionales tras una prometedora carrera como juvenil en la ONCE. Gana una etapa contrarreloj en la Vuelta a Polonia, todo un preludio de los días que vendrían posteriormente en esta especialidad, y, en 2003, aún como neo-profesional cuaja un buen papel en la Vuelta a Castilla y León quedando cuarto. Puestos de honor, sí, pero nada que hiciera presagiar la ecolsión de un corredor dominador en las grandes vueltas. Más allá de sus resultados, es más interesante de la mano de quien lo hizo. En la ONCE, el conjunto de Manolo Saiz. ¿Les suena? Claro. Fue detenido por la Guardia Civil con un maletín de 60.000 euros en metálico en pleno centro de Madrid. Tras la detención se descubriría el pastel de la Operación Puerto, su amistad con Eufemiano Fuentes y la implicación de todos sus pupilos en una trama de dopaje organizado. Pero dejemos eso para más tarde.

Contador siempre ha afirmado que Manolo Saiz es su mentor, su padre deportivo. Ya ven. Sigamos. Llega 2004, el año en el que debía explotar el prometedor potencial que se preveía, pero un infortunado cavernoma durante la Vuelta a Asturias le impide continuar su progresión. Hospitalizado, logra mantener la vida a salvo tras lidiar con la enfermedad y vuelve a la competición en un logro sin precedentes. Una proeza, toda una muestra de superación personal, sin duda. El cavernoma valdría, a posteriori, durante el Tour del 2007, para realzar su martirizada figura, para dibujar el mito que todos anhelaban. Pasa su 2005 en reposo y vuelve en 2006. ¿Y qué sucede? La Operación Puerto.

Por aquel entonces la ONCE ya no era la ONCE. Era el Liberty, tras la espantada del patrocinador español. La estructura era la misma. Manolo Saiz seguia ahí y los puntales de siempre también: Igor González de Galdeano, Isidro Nozal, Joseba Beloki, Marcos Serrano y demás ultra-dopados. En mayo de ese mismo año se destapa la trama y estalla en la cara de Manolo Saiz, de quien intuíamos su comportamiento mafioso en las carreras pero de quien desconocíamos sus tejemanejes con hermodruidas. Bolsas llenas de sangre y una ingente base de datos fueron requisadas en una operación sin precedentes en la historia del deporte y absolutamente loable por parte de la Guardia Civil.

Pero llega el juicio y el juez Serrano decide mirar hacia otro lado. Entre tanto, Contador acude a declarar y es exculpado, Eufemiano Fuentes le cita explícitamente en un programa del larguero y asevera que no le conoce y El País, de la mano de Carlos Arribas, publica anotaciones de Fuentes en las que aparecen las siglas AC, junto a "nada o igual que JJ". JJ, Jorg Jäschke, uno de los pocos ciclistas que han largado sobre el dopaje y que llevaba el programa sanguíneo completo. Bien, más allá de eso, lo esencial es plantearse esto: ¿era Contador el único que no se dopaba en un equipo de robots bio-médicos? ¿podía pasar indemne la futura joya de la corona al sistema sanguíneo ideado por Saiz y Fuentes? El inocente juez decidió obviar la base de datos, no investigarla y no hacer de la OP la mayor redada contra deportistas tramposos de la historia. En tales archivos se encontraban nombres de mucho mayor calado que los del Liberty, aunque eso, de momento, no se sabrá gracias a la efectiva acción del juez Serrano. Las tarjetas SIM donde Eufemiano tenía su lista de clientes seguirán abandonadas en algún cajón de la Guardia Civil, y la implicación o no de Contador, también.

Contador salió exculpado cuando no era nadie. En su momento el escándalo no le manchó, como sí lo hizo con Valverde, y pudo continuar su carrera con normalidad. Claro, no podía seguir de la mano de Saiz, un tipo declarado culpable de crear y organizar una mafia dedicada al negocio del dopaje. Se marcha al Discovery de Bruyneel tras la retirada de Armstrong, junto a Basso, otro insigne dopado de Fuentes, de quien iba a ser gregario. Veamos, del Liberty de Saiz al Discovery-Us Postal-Motorola-Seven Eleven de Bruyneel y Armstrong. Desde luego nunca ha dado positivo, pero su trayectoria es cuanto menos interesante.

Mañana, más.

Imagen | Google Images, Es Ciclismo

miércoles, 7 de octubre de 2009

Casualidades maliciosas

Tenía previsto hablar de Alberto Contador pero la primicia es la primicia. Según Le Monde, un diario bastante más riguroso en lo relativo al dopaje y a sus entresijos que los españoles, la UCI tuvo un trato de permisividad con el equipo Astana y sus controles antidopaje durante el Tour de Francia. La noticia no es nueva ya que salió algo durante la ronda francesa pero no por ello es menos sorprendente. ¿Qué sucede? Que los controladores de la UCI no cumplieron los plazos debidamente al pedir los controles de orina a los corredores, esto es, que tardaron más de la cuenta, en ocasiones 50 minutos, con lo que ello conlleva: posibles manipulaciones de la mano de los hermo-druidas del conjunto kazajo.

El asunto no es menor ya que se desvela tras la publicación de un dossier escrito por la AFLD —la Agencia Antidopaje francesa, de temer para cualquier dopado— en el que advierten de las irregularidades en los controles al equipo de Bruyneel. Unos prefieren verlo como una represalia colegial de la AFLD al verse desplazada en el Tour de esta temporada ya que, no en vano, durante la edición de 2008 —la de Dueñas, Beltrán, el Saunier imposible, Kohl y Schumacher— fue la encargada de dirigir los controles antidopajes. Posición que perdió en favor de la UCI en la ronda de este verano, en la que no hubo ni un solo caso de dopaje detectado, motivo de algarabía para los organizadores de la ronda, aventurados una vez más en proclamar que fue la más limpia de la historia.

[El Astana en la CRE del pasado Tour de Francia]

Yo prefiero no verlo así. La AFLD es probablemente el organismo más fiable en cuanto a lucha antidopaje, la UCI, con su pasaporte biológico absolutamente inútil, con sus códigos éticos incumplidos por campeones del mundo como Bettini, con su fragrante incompetencia, en suma, no pasa por ser el mejor adalid contra las jeringas para la mejora del rendimiento deportivo. Hubo irregularidades para quienes prefieren no cerrar los ojos, una simple vendetta para otros obsesionados en asegurar que lo esencial es el espectáculo y que cuantos menos positivos, menos dopaje. Otros, como Carlos Arribas, el periodista que destapó en El País la Operación Puerto, deciden alzar la bandera de si no hay casos positivos, es todo un éxito suceda lo que suceda y se descubra lo que se descubra. Nada nuevo, Contador, su adorado pinteño, corre en el Astana. Vivir en un mundo paralelo, lo llaman.

El problema va más allá. Resulta que recientemente se ha descubierto una nueva sustancia que supera a la EPO MIRCERA de tercera ganeración llamada Sestide, un avance más de los hermo-druidas. Si la UCI ya de por sí va muy retrasada en la tecnología sanguínea imaginen las virguerías que un corredor con tal sustancia correteando alegremente por su sangre podría haber hecho durante la carrera francesa. Algo así como resucitar a un muerto de 38 años y auparle al podio. Es un suponer, tampoco se avalancen sobre mí. En cualquier caso el Astaná no es culpable, si no la UCI, por no hacer bien su trabajo. Yo, qué quieren que les diga. En estos asuntos prefiero creer a los franceses que al máximo organismo ciclista internacional. Quedará en nada, como siempre, como los análisis retrospectivos de EPO del Tour del 99 en los que tipos como Armstrong o Beltrán dieron positivo —cuando la EPO era indetectable y no sancionable—, pero el escándalo ahí seguirá. Y curiosamente otro equipo de Armstrong como protagonista. Ah, las casualidades. Qué maliciosas y perversas pueden llegar a ser.

Imagen | El País, Esciclismo

martes, 6 de octubre de 2009

Tela, telita

El equipo kazajo Astana, en el que militaban el ganador, Alberto Contador, y el tercer clasificado, Lance Armstrong, del pasado Tour de Francia, se benefició de un trato de favor en los controles antidopaje, según un informe de la Agencia Francesa de Lucha contra el Dopaje (AFLD). La responsable de la lucha antidopaje en la UCI, Anne Gripper, negó los hechos.

El estudio, revelado por el vespertino 'Le Monde', afirma que en los controles efectuados a los ciclistas de Astana no se respetaron los plazos de espera, que los ciclistas eran avisados con antelación de los controles por sorpresa y que la localización del equipo no fue comunicada antes del inicio de la prueba, lo que dificultó que se les sometiera a controles por sorpresa.

Observen qué sucedió durante el pasado Tour, cuando aún la AFLD era la responsable de los controles antidopaje. Schumacher, Kohl, el Saunier, etc. ¿Y en ésta edición? La de Armstrong tercero con treinta y ocho años, la de Wiggins, el británico que jamás había pasado del puesto treinta en ninguna grande y de repente se marca un cuarto puesto en París, la de Cavendish absolutamente tiránico en los sprints, la de Contador moviendo desarrollos dignos del mejor Cancellara en la crono. Cero. Cero positivos. Pero no seamos maliciosos. Será una simple y mera casualidad.

Vía | El Mundo

lunes, 5 de octubre de 2009

La temporada de Alberto Contador

Inicio aquí una serie de post que servirán, ahora en este el final de temporada, para repasar qué esperabamos y qué ha sucedido con los más insignes ciclistas del panorama internacional. Y hablar de insigne ciclista es hablar de Alberto Contador, madrileño que despierta el fervor patrio, ídolo de los más jóvenes hombres que anhelan con escalar montañas como él hace, dos veces campeón del Tour de Francia, que es lo único que importa en España, contrarrelojista y escalador, todo en uno, representante de esta noble tierra allende sus fronteras. El hombre, el ciclista, el destino.

Me explico. Contador me aburre. Es un ciclista que camina por la vía de la gloria, de la inmortalidad, sí, pero es un ciclista que de tan rimbombante que ha conseguido ser, taladra mi pensamiento y oprime cualquier emisión positiva hacia su figura. Ojo, no dudo de sus cualidades como deportista —vaya, ha quedado más explícito de lo que pretendía—, pero me hallo extasiado de su figura mediática. En un país desencantado con el ciclismo —las audiencias de la Vuelta han vuelto, valga la redundancia, a ser ridículas— tan sólo el pinteño desata la pasión entre los no-aficionados —engaños los justos, un tipo que ve el Tour, de refilón la Vuelta y los últimos tres kilómetros del mundial, es decir, el espectador medio de ciclismo en España, no es aficionado—, Contador se alza como la figura única y reconocible dentro del mismo. Contador hacia arriba, Contador hacia abajo. Lástima que los periodistas especializados también se entreguen a él como Carlos Arribas o Carlos de Andrés, auténticos forofos seguidistas, en absoluto críticos.

Al asunto. La temporada de Contador, una vez las cartas están sobre la mesa. Sabido es por todos: su sueño es el Tour, carrera emblemática, soñada, mitificada, y anhelada por todos los ciclistas españoles que quieren ser algo menos Freire. Observen si no a Valverde, un corredor de clásicas y pruebas de una semana obsesionado con un Tour que difilmente logrará ganar, ya habrá tiempo de hablar de él. Contador se quedó el año pasado sin disputar la ronda francesa y pagó sus penas imponiéndose en las otras dos grandes, y este año, una vez supo de su participación en la carrera, se preparó única y exclusivamente para ella. Primera mitad del año intensa, enfocada al verano, y segunda mitad de la temporada en reposo absoluto. Gana en Algarve en Febrero y acude en Marzo a su amada París-Niza, la que le catapultó al éxito absoluto en 2007, cuatro meses antes de su improvisado primer Tour.

Y en la P-N Contador se la pega. De una manera escandalosa. Líder durante varios días de la prueba, se hunde en la penúltima etapa en favor de su amiguísimo Luís León Sánchez y al día siguiente pretende vencer la prueba atacando desde muy lejos. Finaliza cuarto, a un minuto y poco de Luís León, tras Chavanel y Frank Schleck. Alarmas disparadas, Contador no gana. No sólo no gana si no que se hunde estrepitosamente ante corredores que, en apariencia, no deberían ponerle en ningún aprieto de cara a la ronda francesa: Luís León en absoluto se trata de un hombre Tour, el rendimiento de Chavanel en Marzo se explica por la inminente llegada de las clásicas y Frank, amén de anhelar alguna prueba de las Árdenas, también en primavera, nunca fue una amenaza para nadie en el Tour sabidas sus nulas capacidades como rodador. ¿Qué sucede Alberto? Nada importante parece. Llega Abril y se adjudica otra vez la Vuelta al País Vasco, de manera tiránica. Ya estaba en casa.

Para entonces Contador avisaba. Ya no era el liviano escalador de antaño. No. Ahora Contador devoraba kilómetros cual culogordo en el llano. Un aviso de lo que vendría más tarde. ¿Contrarreloj? ¿Un tipo que pasa escasamente de los sesenta kilos? Sí. La vida de Contador es una vida de transformaciones. El cavernoma le transformó en un mártir, la Operación Puerto en un chico que pasaba por allí, su llegada al Discovery de Basso y Bruyneel en 2007 en un joven prometedor, la retirada de Rasmussen en el Tour de ese mismo año en ídolo, y su 2008 en mito. De transformación en transformación. La siguiente será en clasicómano del pavés, ya verán, si se lo propone Contador vence hasta en Roubaix. Y qué más da que nadie se explique su rendimiento, y qué más da que haya militado toda su vida de la mano de Manolo Sáiz y de Johaan Bruyneel, tipos de indudable e intachable trayectoria, lo importante es el espectáculo. Sigamos con él.

Tras P-V arrasa en la contrarreloj para decidir el campeón nacional, aguanta a duras penas en la Dauphiné de Valverde —pacto tácito mediante entre ambos para desquiciar al pobre Evans— y llega al prólogo de Mónaco como máximo favorito. El Tour. Y allí estaba él, rodeado de enemigos y sin ningún amigo. Y a pesar de todo ganó. Arrasó, aunque pocos reparen en que, de no ser por su equipo, los cuatro minutos que le metió a Andy Schleck en París, gracias a la CRE, no serían tales. Da igual, había que forjar un mártir y la prensa se encargó de ello. Lo pasa mal en la primera semana, le aislan, no agarra el liderato en Arcalis dada la inoportuna fuga de Nocentini, se cubre de gloria en Verbier —a pesar de la exigüa ventaja que consiguió frente al joven luxemburgués— aguanta todo lo que le echen en los Alpes y, señores, se adjudica de manera im-pe-rio-sa la única crono larga del Tour individual. Ante Cancellara y de amarillo. Pletórico, brutal. Nadie lo hubiera dicho de él jamás, pero lo logra. Con un rendimiento imposible calla bocas y sentencia el Tour.

De ahí, a hoy, cero. No aparece por la Vuelta y magnánimamente decide renunciar a su plaza en el mundial —lo cual es muy gracioso si tenemos en cuenta que decide el seleccionador— para suspiro de todos —unos de derrota, caído el sueño de verle correr defendiendo los colores de España, otros de alivio, conocedores de su rendimiento el año pasado en el mundial de Ballan—. ¿Impresionante no? Lo que ha corrido, sí. Contador ha planificado su temporada alrededor del Tour y no ha aparecido en pruebas de gran prestigio más que en Dauphiné —pre-Tour—, País Vasco y París-Niza. Únicamente el Tour. No ganarlo hubiera sido un fracaso estrepitoso para un tipo de su clase y talento. ¿Invencible? No. El mejor en carreras de tres semanas sí, pero cayó en P-N. Ahora Contador deambula sin equipo, taciturno, reflexionando sobre las apuestas. ¿Y creen que se debe al conjunto del que le rodeen? Mañana repasaremos su trayectoria vital y los diferentes equipos por los que ha pasado.

Imagen | El Mundo, Le Tour